domingo, 13 de julio de 2008

PRESERVATIVOS


1857. Un estudiante de Medicina de la prestigiosa Universidad de Salamanca consigue hacerse con dos preservativos de tripa de cerdo. En la biblioteca, se le ocurre que un manual antiguo es un buen lugar para esconderlos. Desafortunado, o simplemente olvidadizo, nunca los recupera.
2008. Un bibliotecario participa en el proceso de revisión y recatalogación de los fondos históricos de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca. Al coger un manual de Medicina del siglo XVI, descubre entre dos páginas una hoja de periódico doblada en varios pliegues. Al desplegarla, aparecen dos preservativos que algún alumno debió dejar olvidados hace 150 años.
Este es el relato que, a grandes rasgos, puede explicar un curioso hallazgo en la Universidad de Salamanca. Dos condones del siglo XIX "perfectamente envueltos", según la directora de la Biblioteca, Margarita Becedas, en una hoja de un periódico de 1857 y escondidos entre las páginas de un Manual de Medicina del siglo XVI.
Uno de los dos preservativos encontrados puede verse en las vitrinas de la Bibliotecas Histórica, junto con otros objetos curiosos aparecidos entre legajos. El preservativo está hecho con tripa de cerdo y tiene una cinta azul en uno de los extremos que servía para ajustarlo al pene.
Tras servirse de un artículo en una revista científica, los investigadores identificaron el preservativo y llegaron a la conclusión de que es, como indicaba su envoltorio, del siglo XIX. El tiempo dirá si, dos siglos después, la última contribución al conocimiento de la Universidad más antigua de España consigue rivalizar en popularidad con la rana que decora su fachada.

Existen evidencias del uso de preservativos por higiene entre los romanos y, con menor certeza, entre los egipcios, aunque no es hasta el siglo XVI cuando se consideran oficialmente inventados.El responsable de su creación es el anatomista y cirujano italiano Grabiele Fallopio, el mismo que describió los canales que conducen del ovario al útero, las trompas de Fallopio.Este médico diseñó una vaina de tripa de animal y lino, que se fijaba al pene con un lazo de color rosado, destinado a prevenir enfermedades de transmisión sexual como la sífilis y la gonorrea.Un siglo después, el conde de Condom, médico personal del rey Carlos II de Inglaterra, perfeccionó el preservativo de Fallopio, utilizando como materia prima el intestino de cordero estirado, que lubricó con aceite.

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